viernes, 15 de febrero de 2008

Poema

NO DECÍA PALABRAS

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.


Luis Cernuda

1 comentario:

Simplemente Olimpia. dijo...

Cuando la inexistencia de las palabras se palpa, la duda es el único tacto donde acude el deseo.
Cualquier destello imaginario es atisbo de respuesta, pero no será cierto.
Ante la igualdad de tanto y tanto compensa la incertidumbre.

Nadie sabe?...sólo los amantes que siente el deseo...y aún así no sabrían

Olimpia.