domingo, 19 de julio de 2009

De Antonio Gamoneda



Busco tu piel inconfesable, tu piel ungida por la tristeza de las
serpientes; distingo tus asuntos invisibles, el rastro frío del
corazón.

Hubiera visto tu cinta ensangrentada, tu llanto entre cristales
y no tu llaga amarilla,

pero mi sueño vive debajo de tus párpados.


2 comentarios:

Bertix dijo...

Y esos párpados, se pueden abrir para que tu sueño viva?

Un saludo!

Diego dijo...

los sueños perduran...seguro.