jueves, 11 de septiembre de 2008

Carmen Sánchez Ibáñez





EN SILENCIO



Así, calladamente
sin grandes estridencias
dejaré de quererte
casi sin darte cuenta.

Dejaré de sentirme
muñeca, entre tus brazos,
dejaré de temblar
por tus caricias nuevas.

Y así... pausadamente
como llega la noche
aún estando a tu lado
comenzaré a estar muerta.



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